Abstract
Al calor de la crisis financiera el término inglés bad bank se ha impuesto definitivamente por su sencillez y eficacia retórica frente a otros términos rivales1. En español el banco malo, hoy triunfador, encontró también cierta competencia al principio: «banco basura», «banco tóxico» y hasta un extraño «banco defectuoso».
Users
Please
log in to take part in the discussion (add own reviews or comments).