La neutralidad se caracteriza por no tomar postura entre caracteres, planteamientos o situaciones. Por lo general, es visto como un punto medio. Como consecuencia es visto como ético y es aplicado en entornos académicos como tal. No obstante, más allá de no adoptar una postura o una acción política, varios críticos del campo de las ciencias bibliotecarias proponen que es lo contrario.